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A menos de dos meses para la entrada en vigor de VeriFactu, el nuevo sistema de facturación electrónica impulsado por la Agencia Tributaria, casi la mitad de empresarios y autónomos todavía desconocen sus exigencias. Según un estudio de Legálitas, un 47,3 % no sabe qué es ni cuándo será obligatorio, y solo un 27,4 % ha iniciado el proceso de adaptación (revistapymes.es).
Este sistema requerirá que los programas de facturación cumplan unos requisitos técnicos estrictos para garantizar la integridad, la trazabilidad y la transparencia de los datos, permitiendo que las facturas puedan ser verificadas en tiempo real por la Administración.
Según la normativa, la obligatoriedad comenzará el 1 de enero de 2026 para empresas y sociedades, y el 1 de julio de 2026 para los trabajadores autónomos. Las sanciones por no adaptarse pueden alcanzar hasta los 50.000 € por ejercicio fiscal, y para quien desarrolle o distribuya software no conforme, hasta los 150.000 €.
El riesgo no es solo económico. No estar preparado puede implicar el rechazo de facturas por parte de grandes clientes, retrasos en los cobros, incompatibilidades técnicas o pérdida de confianza reputacional.
Ante este escenario, el mensaje es claro: no esperes al último momento. Adaptar los sistemas de facturación no es solo una obligación legal, sino también una oportunidad para modernizar procesos, mejorar la seguridad y ganar eficiencia operativa de cara al futuro.
¿Tu empresa ya ha empezado a adaptarse a VeriFactu?
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